viernes, 1 de mayo de 2009

El trágico show en Altamont de The Rolling Stones




El fin del sueño hippie

The greatest rock and roll band in the world”. Sonaba bien y sobre todo era absolutamente cierto. Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts, Bill Wyman y el recién llegado Mick Taylor hacían honor a ese título con el que empezaron a presentarlos durante su actual gira: The American Tour 1969, un regreso triunfal a los Estados Unidos luego de tres años y medio sin presentaciones en vivo. Las fechas habían sido un éxito y querían coronar ese año a lo grande, con un recital gratuito, masivo y al aire libre, que en lo posible superara a Woodstock, el hito en cuanto a festivales pro paz y amor llevado a cabo un par de meses antes en una granja del estado de New York.
El lugar elegido en primera instancia fue el Golden Gate Park de San Francisco, aunque fue descartado rápidamente ya que no podía albergar a la cantidad de asistentes que se esperaban. Ni lerdo ni perezoso, en una conferencia de prensa Jagger, (quien sabia de la posibilidad de filmar el concierto para realizar una película) anunció que la banda se presentaría de forma sorpresiva en un lugar no determinado. Rápidamente se escogió el Sears Point Raceway, un autódromo que parecía adaptarse mejor a las circunstancias. Sin embargo las conversaciones no llegaron a buen puerto, y apremiados por el tiempo los managers se decidieron finalmente por el Altamont Raceway Park, un complejo de pistas de carreras ubicado al norte de California.
La fecha final del concierto fue pactada para el 6 de diciembre, aunque la confirmación oficial se hizo solo 2 días antes. Desde hacia varios días, miles de seguidores de la banda estaban expectantes por el anuncio de la confirmación y acudieron en masa al complejo, el cual no contaba con la infraestructura mínima para un evento de tales características: no había baños ni puestos sanitarios, ni siquiera una tienda de primeros auxilios en caso de que ocurriera alguna tragedia. Y finalmente la tragedia ocurrió…
El concierto comenzó temprano con la actuación de Santana y Jefferson Airplane que debieron soportar los primeros incidentes con el público
Quizás teniendo en cuenta la predica de paz y amor que el público acostumbraba a mostrar, no se tuvieron en cuenta algunos detalles fundamentales como por ejemplo la seguridad en el escenario, que se le encargo (según algunas fuentes) a los Hells Angels por solo 500 dólares y cerveza libre para todo el evento. El grupo de motoqueros (quienes solían desempeñarse como encargados de seguridad de los shows de Grateful Dead), cruzó sus vehículos frente al escenario (que media solo un metro y medio de alto) para controlar a la multitud, lo que ocasiono algunos heridos y sobre todo muchos roces.
A medida que el tiempo pasaba, la violencia crecía cada vez más, sobre todo cuando los Hells Angels se enfurecían con aquellos que se subían al escenario. Incluso llegaron a golpear a Marty Balin, guitarrista de Jefferson Airplane, lo que hizo que Grateful Dead (ultimo en la lista de teloneros antes del show de los Stones) decidiera no salir a tocar.
Ante tan especiales circunstancias, los Rolling Stones salieron al escenario buscando calmar los ánimos al comenzar con el show.
Sin embargo la situación se puso aun mas tensa.
En la audiencia se encontraba un joven negro, californiano de 18 años llamado Meredith Hunter, quien había ido al show con su novia Patty y una pareja amiga. En un momento Hunter busca subir al escenario y uno de los Hells Angels lo toma del cuello, lo golpea y lo lanza hacia la multitud. El revuelo hace que Jagger detenga el show
y le pida a la audiencia que se tranquilice. La banda como puede continua tocando y hace Under my thumb como ultimo tema, intentando amansar a las fieras. Durante esta canción, según cuentan algunos testigos Hunter saca un arma (no queda comprobado si llega a gatillar) y en el tumulto cae al suelo apuñalado por un Hell Angel.
La escena quedó registrada en video y saldría posteriormente publicada en la película Gimme shelter que hace foco en el asesinato de Hunter y la posterior reacción de los Stones.
Según el productor del filme Porter Bibb, cuando Hunter es lanzado hacia la multitud, saca un revolver y dispara (en un fotograma de la película puede distinguirse un destello rojo) aunque los estudios posteriores no pudieron determinar si efectivamente el arma fue disparada.
La autopsia determinó que Hunter fue acuchillado en cinco oportunidades y que su sangre contenía altas dosis de metanfetaminas. Alan Passaro de 21 años y miembro de los Hells Angels fue acusado por el crimen, pero fue absuelto por considerarse que actuó en defensa propia.
Unos meses después de la muerte de Hunter, su madre demandó a los Rolling Stones por medio millón de dólares, pero finalmente llegó a un arreglo extrajudicial por solo 10.000.
A pesar de los rumores de que un segundo implicado también habría participado en el acuchillamiento, la corte del condado de Alameda dio por cerrado el caso en Mayo de 2005.
Los restos de Meredith Hunter descansan en una tumba sin nombre en el cementerio de Vallejo, California


.“Cuando me enteré de lo ocurrido me sentí muy mal. Me sentí responsable. ¿Como pudo haber ocurrido todo de una forma tan tonta y fea? Pero no pensé en esas cosas que pensó la prensa como que fue la perdida de la inocencia o el catártico fin de una era, no. Lo que pasó por mi cabeza fue lo feo que debe haber sido vivir esa experiencia, y lo mal que se comportaron los Hells Angels” Mick Jagger 1995