martes, 30 de diciembre de 2014

A diez años de Cromañón





Hace 2 años que investigo el tema Cromañon.
Me interesaba saber como esa pasión que genera la música se convirtió en una trampa mortal para 200 pibes
Leí todo lo que pude sobre el rock barrial desde 1994 hasta ahora para entender porque un recital de rock se convirtió en la tragedia más importante de la historia moderna argentina

Es imposible entender Cromañon si no entendemos la futbolización del rock, la nefasta cultura del aguante que se convirtió en moneda corriente en  el contexto social post menemismo, la debacle artística de un sector del rock argentino (con letras facilistas, estribillos obvios y nula destreza instrumental)  y obviamente la corrupción, el pago de coimas, la falta de previsión a la hora de organizar un show, la codicia de una banda que no se animaba a decirle "no" a su público y cierto sector de la prensa rockera que describía a las bengalas como parte del folklore del rock (y que diez años después lo sigue haciendo)

Leo lo que se publica 10 años después y siento que no aprendimos nada. Veo con mucha pena que mucha gente (muchos pibes jovencitos que eran nenes en 2004) se suma a slogans vacíos como "El rock no mata" o "A los pibes los mató la corrupción" sin haber leído nada acerca de la causa. Sin saber que Callejeros permitía que su publico se manejara como barras bravas que intercambiaban pirotecnia por aguante. Sin saber que las bengalas las pasaban la misma banda y sus familiares (sobre todo la mamá de Fontanet que en el juicio insultó a los familiares de las victimas) para evitar los cacheos. Sin saber que la misma banda organizaba los shows en lugares en donde su publico pudiera tirar pirotecnia a gusto, aunque eso pusiera en riesgo la vida de sus fans
Todo en nombre del “aguante”. No hay nada de artístico, ni de rockero en eso

Me parece que inclusive si no estuviese tan mal visto, muchos fans seguirían usando pirotecnia en los shows, culpando al Estado (una manera hasta infantil de evadir responsabilidades) si algo se desmadra o responsabilizando a "la sociedad" como una teoría de los dos demonios en clave rockera

La mejor manera de pedir justicia es evitando repetir los mismos errores

sábado, 1 de noviembre de 2014

Buscando a Jim


Fecha: Octubre de 2014
Lugar: Cementerio de Père-Lachaise (Paris, Francia)
Objetivo: Encontrar la mítica tumba donde yacen los restos de Jim Morrison


El cementerio de Père-Lachaise, ubicado al este de Paris es, no solo el más grande de la ciudad, sino uno de los más importantes del mundo. Sus 43 hectáreas contienen más de 70 mil tumbas, 5300 árboles y una infinidad de cuervos que le dan al lugar un aspecto solemne, aunque no lúgubre. Ideal para recorrer en una tarde otoñal


Inaugurado en 1804 y resistido inicialmente por los parisinos por encontrarse en las afueras de la ciudad, no fue hasta entrada la primera década del siglo XIX que comenzó a construir su mito, al recibir los restos de personalidades famosas de la cultura francesa como Moliere y La Fontaine
Entre sus huéspedes más famosos se encuentran el novelista Honoré de Balzac, el sociólogo Pierre Bourdieu, la bailarina estadounidense Isadora Duncan, las cantantes Edith Piaf y María Callas, además de celebridades como Frederic Chopin y Oscar Wilde.
Incluso su suelo alberga los restos del escritor argentino Juan José Saer y se pensaba enterrar ahí a Juan Bautista Alberdi, y a pesar de que su cadáver nunca llegó a Père-Lachaise, existe una lápida con busto a su nombre.

Pero su tumba más visitada es una de las más difíciles de localizar, además de ser la que más actos de vandalismo sufrió: la de Jim Morrison 



Cuando a principios de 1971, intentando escapar de la presión que suponía ser el líder de The Doors, Morrison se radicó en Paris con su novia Pamela Courson, nada hacía prever un final tan cercano.

Mostrándose amable con los pocos fans que lograban reconocerlo en sus largas caminatas por la zona de Le Marais, Mr Mojo Risin aparecía algo más delgado y de mucho mejor semblante que en la grabación de L.A Woman, su ultimo disco de estudio con la banda.
Sin embargo, el 3 de julio no sería un día más. De hecho sería el último de su vida
Lo habían empezado yendo al cine y lo continuaron viendo viejas peliculas super 8 en el departamento. Jim no paraba de toser, incluso a veces con sangre. Decidió darse un baño, mientras Pamela se acostaba, y cuando ella despertó, lo encontró inconsciente en la bañera.

El médico lo declaró muerto por un paro cardíaco y no requirió de una autopsia, lo que daría lugar a innumerables leyendas sobre la verdadera causa de su muerte, que muchos incluso pusieron en duda.


El tiempo apremiaba. Tenía solo 4 días en Paris y solo unas horas para recorrer el cementerio más famoso del mundo y encontrar su mítica tumba
Al ingresar, Père-Lachaise es como cualquier otro cementerio, salvo por el detalle que si te acercás a la oficina de informes podés solicitar un mapa para poder orientarte y encontrar alguno de sus puntos de interés

Pero, o el mapa no era demasiado claro o el jet lag que arrastraba desde Barcelona se estaba haciendo sentir, lo cierto es que en un momento, perdido y viendo que me alejaba cada vez más de la “zona turística” un empleado se acercó y me preguntó en francés a quien buscaba y me indicó que estaba yendo exactamente para el otro lado

Apuré el paso. Quedaban 40 minutos para el cierre del cementerio y por más glamour que tenga, la idea de pasar la noche junto a las tumbas más reconocidas de Europa no estaba en mis planes, así que volví a la Rotonda Casimir Perier que oficiaba de “kilómetro 0”  y seguí con  mi búsqueda.

 

Según testigos el entierro de Jim Morrison el 7 de julio de 1971 fue muy solemne, con solo un puñado de allegados (Pamela, su manager, su joven secretario y un par de amigos, entre ellos su ex compañero de facultad Alain Ronay)  que solo permanecieron el tiempo suficiente para dejar unas flores sobre su ataúd de 366 francos.

Y ahí estaba yo 44 años después tratando de orientarme con un mapa mal impreso en medio de bóvedas centenarias, incluso algunas abiertas.

Sentía que estaba cerca. Trataba de recordar como era esa tumba que había visto varias veces en fotos y si bien sabía que no era fácil de encontrar, también sabía que no era inaccesible.
Sin embargo me llamaba la atención la poca gente que había a mi alrededor. Hasta que ví a alguien que podría ayudarme.


De mediana edad, anteojos, barba y andar sereno, no se veía como un típico fan de Los Doors (yo tampoco), sino más como un estudiante de Puan, pero estaba seguro que buscaba lo mismo que yo.
Me acerco y le pregunto en inglés si estaba buscando a Jim Morrison. Me miró con aire de superioridad (“novato” debe haber pensado) y me dijo: “no, de hecho estoy buscando la tumba de (el poeta) Apollinaire. Pero creo que puedo ayudarte”
Agarró mi mapa y me dijo: “el problema es que estas confundiendo el número de lapida con el número de parcela. La de Morrison es la 46, así que es para el otro lado”.

París, la ciudad en donde los baños públicos se desinfectan automáticamente luego de cada uso y donde podés desenchufar y llevarte un auto eléctrico de la calle si no querés tomar su perfecto servicio de transporte público, no era capaz de dividir con números y letras las tumbas de las parcelas de su cementerio más famoso.

Volví a la Rotonda, el lugar que había pasado tantas veces para orientarme, caminé unos pasos, y cuando pensé que el estudiante de Letras había fallado en su orientación empecé escuchar algo de música. Seguí el sonido, que ya reconocía como Riders on the Storm, y finalmente, semitapada por un árbol y detrás de un vallado la tumba más famosa de Père-Lachaise se hizo presente

 

Es extraño describir lo que sentí. No éramos más de diez, algunos fumaban, otros escuchaban música, alguno parecía llorar. Yo sacaba fotos tratando de no caerme subido a un monumento que ayudaba aun más a la privacidad de ese pequeño espacio.
Me tomé unos minutos en silencio para recordar al mito aprovechando los últimos rayos de sol de la tarde parisina y me fui, dejando a Jim seguir con su sueño eterno
 


 

*La hipótesis más aceptada sobre la muerte de Morrison está relacionada a la inhalación de heroína de máxima pureza, lo que sumado a los problemas respiratorios de Jim, sus años de excesos y la poca respuesta de Pamela,  llevaron al paro cardíaco que acabó con su vida


@aledocarmo

viernes, 18 de julio de 2014

JOHNNY WINTER - 1944 / 2014

 El rey blanco del blues


Winter en su apogeo

Nacido como John Dawson Winter III en la ciudad de Beaumont, Texas, Johnny Winter comenzó desde pequeño a involucrarse en el mundo de la música junto a su hermano Edgar (dos años más joven), gracias al apoyo de su padre (que había sido alcalde en una ciudad de Mississippi) y a una vieja radio que le haría conocer a los grandes del blues.

Su primer single lo grabó a los 15 años junto a su banda Johnny and the Jammers, y a pesar de pasar desapercibido ya daba muestras de su talento. Es que el joven albino (condición genética que desarrolló al igual que hermano) había pasado buena parte de sus pocos años de vida viendo a grandes del género como
Muddy Waters y B.B. King además de hacerse de una impresionante colección de discos


Dos potencias: Johnny y Jimi

A fines de 1968 y luego de editar su primer disco y varios singles (que se relanzarían hasta el cansancio durante toda su carrera)  llegaría su gran momento, cuando como invitado en una zapada junto a Mike Bloomfield y Al Kooper en el legendario  Fillmore East de Nueva York, los ejecutivos de Columbia Records lo vieron tocar y le ofrecieron el adelanto más grande de la historia del rock hasta ese momento: 600.000 dolares

A pesar de ese auspicioso precedente y de un exitoso segundo disco (autotitulado), Winter nunca pudo desarrollar un proyecto viable comercialmente a pesar de lanzar gemas como Second Winter o Johnny Winter And (junto al guitarrista Rick Derringer)  lo que, sumado a su adicción a la heroína (que le dejaría secuelas hasta el fin de sus días) lo llevaría lentamente a alejarse del candelero, perdido entre discos intrascendentes y colaboraciones poco reconocidas debido a un manejo poco eficaz. 
Incluso, junto a su hermano Edgar demandaron sin éxito a la empresa DC en 1996 por los derechos de dos personajes albinos de la serie Jonah Hex llamados The Autumm Brothers


Junto a su hermano Edgar

A fines de los 70s le llegaría el reconocimiento, pero como productor, al ganar tres Grammys por su trabajo junto a Muddy Waters, a quien ayudó a relanzar exitosamente su carrera. 
De todos modos, intentando curar su adicción y luchando contra la edición no autorizada de viejos discos, el talento de Winter fue apareciendo en cuentagotas en ediciones de pequeñas discográficas y en giras que por su frágil salud y su necesidad permanente de metadona para contraponer su adicción a la heroina (situación que lo llevó cancelar su show en Argentina en 2004, visita que se esperaba finalmente para octubre) no lograban extenderse demasiado

Su deceso en una habitación de hotel en Zurich, Suiza, el pasado 16 de julio, tan solo cuatro días después de su ultimo show, transcurrió en el marco de una gira adelanto de lo que será el primero de varios discos póstumos: Step Back, programado para septiembre, que contará con la participación de invitados como Eric Clapton, Joe Perry, Brian Setzer y Joe Bonnamassa.

En sus últimos años

De apariencia frágil y con unos tatuajes que remarcaban aún más su albinismo, Winter falleció como tantos otros sin lograr el reconocimiento de la intelligentzia del rock, pero dejando un legado notable que se refleja en artistas como Warren Haynes, clásicos como Stevie Ray Vaughan o en cada uno de los que, al rasgar la guitarra entonan un viejo blues


Discografía recomendada:

Johnny Winter(1969) 

Second Winter(1969) 

Johnny Winter And (1970)
Together: Edgar Winter and Johnny Winter Live (1976)
Nothin' But the Blues (1977)